Te quiero.
Dos palabras, ocho letras. Esas dos palabras dependiendo de miles de circunstancias pueden significarlo todo o, nada. Nada, si me lo dices como amigos, todo, si me lo susurras porque de verdad me quieres. Pero claro, eso no es nada más que una bonita suposición. Soñar es bueno, pero en su cierta medida. Yo creo que ya me he pasado los límites. Que sueño mucho, demasiado y despierta, que es lo peor. Soñar, es bonito y totalmente legal, pero creo que debería ser considerado delito soñar y que los sueños nunca nunca se cumplan. Si, totalmente ilegal. Porque te quiero y sueño con que me quieras, pero nunca lo harás. Y ya lo sé. No necesito que nadie me eche las cartas y me lo confirme, no necesito mirar mi horóscopo para saber que el chico de mis sueños seguirá pasando de mi como de la mierda, no necesito que tu me lo digas para saberlo. Porque eso se sabe con la mirada, porque cuando miramos a dos personas diferentes, nunca lo hacemos con la misma mirada. Porque no usas la misma mirada cuando la miras a ella, que la quieres, y a mi, que no significo nada en tu vida. Pero, tu en la mía si. Cada día más. Cada día, te quiero más y más. Te lo digo aun sabiendo que nunca compartiremos el mismo sentimiento, sabiendo que nunca pensarás en mi y, acto seguido, sonreirás. Vamos, que tu nunca vas a sentir lo que siento yo cuando pienso en ti, porque quizás no somos tan iguales como yo pensaba, probablemente sea cierto que vivo equivocada. Vivo en una espiral de pensamientos centrados única y totalmente en ti, y eso, tarde o temprano me pasará factura. Me reconforta saber que no me has hecho llorar ni una sola vez, así que, ninguna de mis lágrimas lleva tu nombre pero, tal y como vamos, no tardarán mucho en querer llorar por ti, por amor, porque yo te quiero y, es totalmente verdad, créetelo o no, pero no miento cuando digo que me gustaría llevar tu apellido.
Escrito por la creadora de sueños. Hola, me llamo Eva, encantada bloggers.